El magnesio es un mineral que interviene en cientos de reacciones bioquímicas que tienen lugar en nuestro organismo. Entre ellas, regula la función de los músculos, el sistema nervioso, los niveles de azúcar en la sangre y la presión sanguínea.

Pero también, hay estudios como el publicado por la Universidad de Vermont que sugieren que el magnesio ayuda a paliar los síntomas de la depresión y la ansiedad.

Según un meta análisis de 2016, publicado en Pain Physician Journal, la suplementación con magnesio –oral e intravenosa– reduce la frecuencia y la intensidad de los ataques de migraña, por lo que los investigadores lo señalan como una terapia a explorar en la prevención de la migraña y la mejora de los síntomas.

En 2017, otro estudio lo confirmaba: 2 gramos de magnesio intravenoso reducía la intensidad del dolor migrañoso, más que el tratamiento habitual con citrato de cafeína. Y según un estudio de 2017 publicado en BMC Complementary and Alternative Medicine, la  suplementación combinada de coenzima Q10, magnesio y una clase de manzanilla  Tanacetum parthenium), da buenos resultados en la prevención y no tiene efectos secundario.

En la guía de manejo del dolor de cabeza en urgencias de pediatría, publicada en 2016 en Seminars in Pediatric Neurology, se indica que 1 g de sulfato de magnesio es seguro y efectivo contra la migraña y puede usarse durante el embarazo por ser seguro para
el feto.

Y la guía de la American Academy of Neurology and the American Headache Society señala que la terapia con magnesio es «probablemente efectiva» en la prevención de la migraña, pero advierte que debe usarse bajo supervisión médica.

 

 

VENTAJAS

  • Los suplementos de magnesio pueden proveerte los nutrientes que no estás ingiriendo en la dieta. Son especialmente recomendados a deportistas.
  • Pueden ayudarte en situaciones específicas, como por ejemplo, a obtener un mejor descanso, evitando la fatiga.

Pueden ayudar a nivelar el tránsito intestinal, lo que reduce la sensación de pesadez y el estreñimiento e incluso en bebés. (Un estudio de 2007, publicado en el European Journal of Clinical Nutrition y realizado en Japón, parece señalar que tanto la dieta pobre en magnesio como la baja ingesta de agua y fibra están relacionadas con el estreñimiento).

  • Los suplementos previenen la deficiencia de magnesio, evitando síntomas molestos como: entumecimiento, cambios de humor, calambres musculares, náuseas, etc.
  • Mejora del rendimiento deportivo, ya que retrasa la fatiga y puede evitar los famosos “calambres”.

DESVENTAJAS

  • El magnesio que se obtiene de alimentos nunca será excesivo, pues se desecha el exceso de forma natural. En cambio, los suplementos dietéticos son más difíciles de  desechar, por ello es muy importante utilizar las cantidades adecuadas para cada persona.
  • El consumo excesivo de este mineral puede causar náuseas, diarrea, vómitos y  debilidad. Son alguno de los efectos secundarios que pueden aparecer tras una ingesta muy superior a la recomendada. Esto no será una desventaja si sigues las recomendaciones de tu nutricionista.
  • El uso excesivamente alto puede causar ritmo cardíaco irregular y en casos muy graves paro cardíaco. Es muy improbable que se produzca este tipo de respuesta. Para ello sería necesario una ingesta muy elevada durante mucho tiempo.

 

SINTOMAS DE DEFICIENCIA DE MAGNESIO

Para saber si tienes niveles bajos de magnesio, solo debes de observar tu cuerpo:

  • Fatiga.
  • Pérdida de apetito.
  • Dolor de cabeza.
  • Calambres musculares.
  • Debilidad.
  • Entumecimiento.
  • Náuseas.
  • Vómitos.

Además, a largo plazo la deficiencia de magnesio puede provocar hipertensión, diabetes, osteoporosis y migraña. Por lo que es importante que detectes a tiempo la falta de magnesio.

COMO USAR EL MAGNESIO

Aunque goza de amplias propiedades beneficiosas para el cuerpo humano, es necesario no exceder su consumo. De hecho, un consumo alto puede generar algunas molestias. Por lo general un buen régimen alimenticio puede aportar la cantidad necesaria.

La cantidad de magnesio que necesitamos depende de la edad y el sexo. En el caso de las mujeres oscila entre los 310 y 320 gramos, los hombres necesitan un poco más, 400 gramos.